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Todas las bicicletas usan un sistema de transmisión a través de una cadena metálica que une los pedales con la rueda trasera, que es la rueda motriz que transmite el movimiento para avanzar. La fuerza es efectuada por el ciclista, que mediante unos pedales y bielas montadas sobre unos platos dentados impulsan una cadena que transmite una fuerza sobre los piñones y estos mueven la rueda trasera.
Actualmente existe una gran diversidad de marcas, modelos y calidades de cadenas, lo que genera confusión a la hora de elegir la más adecuada para reemplazar la existente. Las transmisiones modernas son de 8, 9, 10 y hasta 11 velocidades. En estos casos, las cadenas más adecuadas suelen ser de 7-8, 9, 10 y 11 velocidades, respectivamente. La longitud de una cadena dependerá del número de velocidades, lo que también incidirá en el tipo de pata de cambio que necesitaremos. El ancho también es un factor que varía en las cadenas en función de sus velocidades, siendo más inferior cuando más velocidades al acortarse el espacio entre piñones.
Es importante antes de comprar una cadena revisar que ésta sea compatible con los platos y piñones de la bicicleta, pues las cadenas son diferentes dependiendo del número de velocidades.
Algo muy importante para tener una cadena en plenas condiciones es usar líquidos lubricantes para que el rozamiento de la cadena con los dientes de los platos y piñones no termine estropeando el material. Si estos elementos no se engrasan con regularidad terminarán por desgastarse y su vida útil será mucho más corta.
La mejor manera de engrasar una cadena es aplicar el líquido en cada eslabón mientras movemos los pedales para que la cadena gire sobre los platos, ya que si aplicamos la grasa directamente en los piñones se pueden estropear los frenos traseros (si son de disco) y quedar totalmente inútiles.
El principal problema de la cadena, después de la suciedad, es el estiramiento, que es más rápido en las cadenas donde se cambia de marchas y cuanto más desalineada trabaje la cadena. El hecho de que la cadena esté sometida a esfuerzos laterales por el hecho de no estar alineada con el plato y el piñón provoca que los esfuerzos en los ejes y los rodillos de la cadena sean mayores con lo que el desgaste aumenta. Debido a que una cadena vieja es más larga de lo necesario, los eslabones no encajan correctamente entre los dientes del piñón, lo que se traduce en que, a efectos de potencia, solo un buje (el primero) realice la transmisión del esfuerzo del plato a la cadena y esto provoca saltos en los dientes, por lo que es conveniente efectuar un cambio de cadena.
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